martes, 22 de octubre de 2019

Sobre sonrisas y lágrimas

Uno de mis complejos siempre han sido mis dientes. Veo un mundo que los separa, y pienso que no debería. Nunca he llevado ortodoncia. Decían que no la necesitaba, que mi mordida estaba bien. Lo que no está bien es mi cabeza. Por eso no encontrarás una foto en la que sonría con la boca abierta hasta que cumplí los 17. A esa edad mi felicidad ganó una pequeña batalla, me sentía bien.
Ahora sonrío. Lo hago con la boca abierta, y se me achinan los ojos. Sonrío mucho, todo lo que puedo. Sonrío cuando estoy con gente.  Mi complejo es una mochila que me acompaña, pero a mí, las sonrisas me transmiten calma, paz y hogar. Y eso es lo que yo quiero ser. 
No siempre estoy bien, pero me pone muy contenta la compañía, llevo mucho tiempo sintiéndome sola. Intento disfrutar mucho los días que voy a clase. Casi son un alivio, hay ambiente de cariño.
Pero a pesar de lo que quiera transmitir, por dentro me siento fría. Pienso que se me ha olvidado disfrutar de la compañía. Deseo con toda mi alma compartir todo de mí, sacar lo que tengo que dar. Pero tanto tiempo en soledad hace que por mucho que quiera sentirme rodeada, aparte a las personas de mí. Como si mi yo mas profundo no encontrara sentido a que la gente viera algo en mí. ¿Qué se espera de una relación? ¿Cómo se supone que debo comportarme? Quiero, pero me da miedo que no se gestionar. Entonces, no quiero. Y vuelta a la soledad. Sonrío por fuera, lloro por dentro.

lunes, 21 de octubre de 2019

Sobre intimidades

Miento. Miento y sé que no debería. Son tonterías, no importan. A mí sí.
Miento cuando digo a mis padres que estoy en clase. Les cuento todo. Todo lo superficial. Pero miento cuando me preguntan si estoy bien. Porque no lo sé ¿lo estoy?
Decirlo en alto significa hacerle frente, y todavía no estoy lista para esto. Se preocuparían, no lo merecen. El motivo no lo merece. Mi salud mental. Infravalorada.
Y escribo. Escribo lo que siento cuando mi mente no me pertenece, cuando se va de vacaciones y no atiende a razones. Escribo porque tengo las ideas desordenadas, y las palabras le dan sentido a mi lado más íntimo. Nadie lo conoce. Los aparto.
Y confío. También confío mucho. O eso pienso yo. Confío en las personas que me rodean, porque sé que no lo hacen solo físicamente. Confío en mis padres y en mi hermana. Y si confío, ¿por qué no puedo hablar? ¿Por qué no puedo contar? Porque estoy herida. Tal vez no confíe. Y quiero. Pero se ve que mi mente no.
Y entonces, vacío.

sábado, 5 de octubre de 2019

Sobre explotar

A veces pasa. Pasa que no puedes más, que no puedes aguantar y te dejas llevar. Pasa que explotas.
Y te sientes mal. Ha sido solo un lapsus. Agachas la cabeza y recoges los cachitos que quedan de ti para recomponerlos.
Pero en realidad no deberías sentirte culpable.  No eres tú. No es porque seas débil, o frágil, no es que solo te pase a ti. Es que esta sociedad en la que vivimos no permite filtro. No te deja ir soltando poco a poco aquello que te envenena desde dentro. Se te hace bola y tú, cómo puedes, intentas esconderlo.
Poco a poco esa vieja costumbre tiene que ir desapareciendo. Si piensas que eres la única que de vez en cuando no puede más y desborda, amiga,  o puedes estar más equivocada. Todos tenemos puntos gatillo, con los que saltamos como si lleváramos un resorte. Pero, si no lo ves, es porque algunos tienen más experiencia que tú escondiéndolo.
La solución parece fácil. Dejar de escondernos. Mostrarnos tal y como somos. Llorar cuando lo necesitemos y gritar de alegría si es lo que sentimos. Solo se necesita un primer valiente que comience, y todos los demás irán detrás.
¿Por qué no atreverme a ser la primera valiente hola

sábado, 16 de marzo de 2019

Sobre ser tú misma


Se trata de la actitud que tenemos en la vida y esto incluye todo, desde la manera como nos levantamos de la cama, hasta la forma de resolver un problema, de relacionarnos con los demás o de enfrentar un imprevisto. Esto en parte lo vas formando en el entorno familiar, con lo que escuchas, lo que ves, aquello que vas descubriendo como normal, así como lo que vas aprendiendo en la escuela, en la televisión, en Internet. Ocurre sin embargo, que en todos los entornos anteriores circula información falsa, que normaliza situaciones que no deberían serlo. No es normal por ejemplo que la gente sea infeliz, que sufra todo el tiempo, que se enferme con frecuencia. No es normal tampoco, que otros sean egoístas, que la envidia la practiquen todos y que la mentira sea considerada un acto de picardía e inteligencia.
Entonces no podemos ser como la mayoría, porque ocurre que la mayoría está transitando el camino equivocado. Hace falta comenzar a organizar nuestra formación, nuestros hábitos y valores y principios, con los que elegimos funcionar a partir de ahora.
No se trata de no cometer errores sino de aprender de ellos, no se trata de ser perfectos, sino de usar adecuadamente nuestra inteligencia, no se trata tampoco de volverse raros o excéntricos, pero si de aparatarse del rebaño, de diferenciarse de quienes viven mal, de tomar un camino que tu elijas libremente, sin imitar a nadie ni convertirte en fotocopia de otro. Es tu vida y tú puedes hacer con ella, lo que quieras. Entonces, elige lo mejor para esa vida única que tienes.
Hay gente pesimista, elige ser optimista, te ira mejor y disfrutaras más la vida. Hay gente envidiosa, apártate de esa actitud y organízate para ser mejor, pero no mejor que otros sino cada vez mejor que tú mismo, esa es la única competencia recomendable. Hay otros que van por la vida llenos de soberbia. Elige una actitud de humildad, pero al mismo tiempo de autovaloración y de seguridad, es decir de saber lo que tienes que hacer y hacerlo sin temor. Es mejor ser pacientes pero activos, creativos en vez de repetitivos, constantes después de saber lo que tenemos que hacer y esto nos hará invencibles y triunfadores.
Te das cuenta, tú puedes organizar tu vida como quieras, puedes ser la persona que sueñas y sorprender a todos empezando a ser, desde muy joven, responsable, creativo, solidario, inteligente, feliz y estar lleno de amor. Esa es la actitud de la que hablamos, es una manera de ver y vivir la vida. Entonces, tu felicidad ya no dependerá de lo que pase afuera, ni de alguna gente que este cerca de ti, tu vida será interesante pase lo que pase, PORQUE ESTARÁS PREPARADO PARA TODO, para cumplir lo que planeaste y disfrutando de todo el proceso, así como para improvisar, porque todo es cambio. De esta manera, gradualmente te convertirás en un ejemplo, en un punto de referencia para los demás que verán en ti, una constante fuente de aprendizaje.

lunes, 11 de marzo de 2019

Buscándome (II)

Siempre he estado un poco vacía, pero no me he dado cuenta hasta que entré en la carrera. Ahora tengo veinte, así que esto comenzó hará unos dos años y medio.
En el colegio mis amigas llenaban mis horas a diario. Las llamo amigas porque era lo que pensaba entonces. Era fácil estar con ellas, solo tenía que dejarme llevar. Mirando hacia atrás, ahora veo que solo tenía que dejarme manipular.
Pero al entrar en la carrera, estudiar exigía más tiempo del que estaba acostumbrada a dar, y lo primero en sacrificar fueron mis amigas. Antes que hobbys como el gimnasio o la lectura.
Fue más fácil de lo que suena, de verdad. Ahora que no las veía cada día, mantener la amistad costaba un esfuerzo extra al que tampoco estaba acostumbrada, y, aparentemente, el esfuerzo tampoco merecía la pena. Y no me costó nada desaparecer. No las echaba en falta, y eso es señal de que no eran imprescindibles. (Tal vez ahora eche en falta el concepto amiga, pero no a ellas como personas).
Y las descuidé. Y no las sustituí. Y me descuidé a mí misma. Prioricé mi carrera a mi salud mental.
Por eso cuando no estudio, me tomo un día de descanso, una semana, un mes, no soy nada. Cuando me quitas la carrera, abandoné tanto de mí que solo quedó vacío. 
Pero ahora sé que no es así. Tiene que haber algo cuando no soy medicina. Y eso es lo que busco, ese vacío del que estoy hecha.

domingo, 10 de marzo de 2019

Buscándome (I)


Buscándome. Realmente esa es la respuesta cuando me pregunta que tal estoy. Que, por otra parte, es una pregunta que debería hacerse más y más sinceramente.
Estoy buscándome. Estoy averiguando quién soy, quién quiero ser y qué quiero conseguir en esta vida. Cómo quiero que se me recuerde, no solo cuando me vaya, sino ahora, cuando se piense en mí. Eso no debería importarme, pero realmente no me refiero al qué dirán, sino a que la imagen que a gente tenga de mí es mucho más objetiva que la que pueda tener yo. 
Me resulta más fácil pensar en cómo era yo hace unos años. Y aunque no me guste cómo era mi personalidad en aquella época, es una personalidad definida.
Ahora no soy como era antes, eso está claro. Pero ahora tengo una hoja en blanco delante que tengo que ir rellenando con las ideas y valores que descubra que tengo, cuando acabe de buscarme.

jueves, 7 de marzo de 2019

Sobre mis dones

Tenemos nuestros dones normalizados. Son habilidades con las que hemos convivido toda la vida, habilidades que, tras tanto tiempo, damos por hecho. Están ahí, silentes, acompañándonos cada día. Y cuando alguien se atreve a destacar su propio don, es atacado. Por creidx, por vanidosx, altivx y pedante. ¿Cómo se te ocurre decir que tienes un don? ¡Eso solo lo pueden juzgar aquellos que te rodean!
Esto es lo que la sociedad nos ha inculcado, de manera más o menos directa. Que los demás ensalcen tus dones está bien, pero no puedes hacerlo tu mismx, tienes que ser modesto y decir que no es para tanto.
Y así, sin darnos cuenta, ocultamos nuestros talentos. Los disfrazamos con una falsa modestia que acabamos creyéndonos.
Con lo bonita que es ella, segura de sí misma. De cómo canta, cómo baila, cómo actúa. Segura de cómo es. Le dedica tiempo a aquello que le gusta y se le da de maravilla Se lo regala al mundo. Es un barco que puede ser tocado, pero nunca hundido.
Por eso invito a todo el mundo a buscar sus dones. Nadie nos ha enseñado a buscarlos por nuestra cuenta. Por eso lo mejor es preguntar. Preguntar a los que te rodean qué haces bien. Qué les aportas y por qué continúan a tu lado. Obtendrás mucha información, y tampoco sabrás lidiar con ella. Porque tampoco nadie nos ha enseñado a aceptar piropos. Para ello repítetelos. Repítete tus dones hasta creértelos. Y no tengas miedo de expresarlos, porque eso significa que eres fuerte, más fuerte que la presión social. Eres de verdad y no tienes miedo a demostrarlo.